El otro día me envió esto un compañero de trabajo: un artículo de no sé qué diario, apelando al privilegio que tienen los médicos.
El privilegio de escuchar. ¿Y por qué privilegio? Pues porque por cuestiones laborales, entre otros profesionales, estamos expuestos a conocer la vida privada de muchas personas, conocer muchas y variopintas facetas de esta: laboral, familiar, emocional, sentimental, académica, financiera, social… ¡Qué privilegio!
Como dice el artículo, que no nos sorprenda que muchos escritores eran médicos de profesión. No, no me soprende. Y hasta de telenovelas, si quisieran.
Pero a pesar de ser fascinante, a veces uno se olvida de escuchar y de la individualidad de cada paciente. Todos queremos ser escuchados y atendidos de manera especial, aunque para el médico sean todos pacientes. A ver si lo voy pillando…
HAPPY FRIDAY!!