Antes de dejar Barcelona, hace dos semanas, quedé con un buen amigo en su centro de trabajo.

Profesión? Doctor en Biología en potencia. Lugar de trabajo: Centro de investigación cuyo nombre no mencionaré, concretamente, laboratorio. Más específicamente no sabría qué coletilla añadir.

Centro de investigación cuyo nombre no quiero recordar. Vistas al mar increíbles.

Además de él, me encontré con algunos de sus amigos de carrera, con los que alguna vez había salido de fiesta loca a tomar algo. Y como siempre, llegan las preguntas de “¿Sobre qué, concretamente, estás investigando, que no recuerdo? ¿ Con ratas, moscas, celulillas…?”. Otra pregunta típica “¿Ya tienes algún resultado o qué? ¿Tu jefa ya está contenta?”. A veces hay que ser un poco machacón con esto biólogos, que sino se duermen en los laureles…

Papel colgado en una de las paredes del laboratorio. Preguntas, repelentes, hechas por gente ajena al dolor del doctorando.

“Afortunados” de tener todos beca, quien más, quien menos, estaba haciendo lo que quería, con los altibajos de la investigación: fustración al no obtener resultados y salarios precarios, por qué no decirlo. Pues sí, voy a aprovechar a hacer un inciso incisivo: QUERIDO GOBIERNO DE ESPAÑA, invertir en I+D es de las mejores decisiones que se pueden tomar para dejar de ser un PAÍS DE PANDERETA Y LAZARILLOS.

Incisos aparte, todos los doctorandos que conozco, más que nada en Biología, son seres especiales, con una paciencia enorme y que en su mundo interno, donde combinan con facilidad las macro con las micro y hasta nanodimensiones, puedes topar con grandes cantidades de fantasía y diversión.

Y nada puede describirlo mejor que el trabajo de la valiente Caralai, amiga y bióloga también, que decidió irse a Alemania, buscando un futuro mejor. Después de MUCHAS aventuras (no dejo de repetir que los biólogos son seres especiales), empezó su doctorado, del que poco entiendo, mas que trata a las pobres moscas o Drosophilas muy mal. Fatal.

Con curiosidad infinita, POR FIN, se embarca en la aventura de SER BLOGUERA. Doctorando (que es gerundio) está aquí. Con un estilo limpio, mezclando con ingenio la experiencia personal con el mundo exterior y sus bonitos sucesos, a partir de ahora se va hacer más fácil entenderlo a través de los ojos de un biólogo. Esta es su filosofía. También os daréis cuenta de que no sois tan freaks como pensábais, siempre hay alguien más friki que tú, cerrado en un laboratorio, manipulando ratas. Es un alivio, la verdad.

¡Enhorabuena, Caralai!