Ayer recibí un mensaje de una amiga que me conmovió.  Tuvo un día muy malo en el trabajo, es médico de familia, y salía de trabajar 3 horas más tarde de lo debido. No por la carga de trabajo, sino por la emocional. 

“Estoy harta de gente que no tiene educación”. Hasta ahí bien, yo también estoy de acuerdo. Los maleducados son unos pesados.

“Pregunto, ¿Por qué he estudiado tantos años, sacrificado tantas horas y puesto tanto empeño en mi carrera, para que luego cada día me encuentre personas amargadas y maleducadas que me chillan y me exigen de todo faltándome al respeto y hundiéndome?” Era un audio de WhatsApp, lleno de rabia y tristeza, con llanto contenido.

Ahí ya me mató. Y me entraron ganas de tele-transportarme y darle un abrazo bien fuerte.

¿Por qué hay gente tan maleducada? Tiene que haber de todo. Te habrá tocado un cupo, zona o barrio malo.

¿Por qué te has esforzado tanto en algo? Esa era tu decisión personal, chica.

¿Por qué alguien te chilla, te falta al respeto y te hunde? A eso ya no le encuentro respuesta. 

Aunque puede ser que delante de este ataque te quedes tan sorprendido de que alguien te trate tan mal que no sepas cómo reaccionar, tú no tienes por qué aguantar eso.

No puedes dejar que alguien te trate así y degrade tu dignidad hasta destrozarte. No solo como profesional sino como persona.

Tiene que haber una manera de ponerle remedio. Si no nos quejamos, somos los primeros faltándonos al respeto.

¿Cuando empezaremos a poner reclamaciones a usuarios irrespetuosos sin sentirnos mal? ¿Dónde acabaran esa reclamaciones? ¿Quién las tendrá en cuenta? ¿Cuáles serán sus efectos?

Por una Atención Primaria DIGNA y RESPETADA, sí hay que luchar.