I love pencils

Una persona muy maja me regaló unos  preciosos lápices por Navidad (acompañados de una estupenda harmónica).

Su intención y propósito, muy noble, que los usara para estudiar. Manera original y perfecta de motivar a alguien en su deber.

El caso es que yo los tenía en mi cuarto, encima de una TV pequeña que tengo (desenchufada, por cierto), a modo de decoración. Los miraba cada día. Y es que me parecen tan requetemonos, que me daba lástima abrirlos.

Pero hoy he dicho basta. Hoy les voy a sacar punta. A todos. (¿A todos?)

No es que me vaya a poner a estudiar todo el día. El problema que tengo es otro.

A veces me dan prontos con los lápices. Bueno, quizá con todo el material de oficina que uno pueda afilar y usar para llenar un papel en blanco.

Lo peor es cuando estoy en las tiendas llamadas ‘chinos’ o ‘todo a 100’ de toda la vida. Ufff…

En mi cajón tengo packs de lápices de colores, rotuladores… otras veces son plastidecors, post-its… (¿por qué no?) Cositas bonitas y coloreadas que me llenan de ganas de coger un papel y ensuciarlo, aunque acabe siendo una mierda el resultado.

El otro día, llegué a comprarme papel de regalo, a falta de nada más, para ponerlo del revés en mi pared, y poder llenarlo de ALGO. Ya con ver el color en el papel, me conformo.

En fin… Que no sabe quién me regaló los lápices, hasta que punto acertó con ellos.

pencils

Muy de acuerdo con esta chulada de lápices, tienen sentimientos y son mis amigos. Aunque a veces tenga ganas de afilarlos con mucha pasión. 🙂

Y canción perfecta para la ocasión, de la escena en que ‘afeita’ a un cliente en ‘Sweeny Todd, the Demon Barber of Fleet Street‘, Johnny Depp and Alan Rickman – Pretty Women.

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