Ya solté aquí que hice hace unas semanas me transformé en vegana.
¿Y qué es eso? Pues que no comes ni carne, ni pescado, ni huevos, ni leche, ni nada que provenga de un animal. Todo vegetal. Verde, rojo, amarillo y tantos colores como quieras.
Uno tiene alguien al lado que se lo propone y como una competición, lo acabas haciendo.
Tuve algunos accidentes como tomar leche para comprobar que no estaba muy caliente para los niños, ponerme una salsa de yogur sin querer y el final, que fue apoteósico.
Por las mañanas, te y fruta y tostadas con mermelada. Leche de soja.
Soy muy fan de recolectar las frutas de la nevera, las pochas, y hacer un megamix.
Este es de hoy, y con el zumo de limón por encima está que te ***** en las bragas.
Lo que son las comidas tiré mucho de legumbres, un dia de pasta, verduras varias por la nevera mezcladas…
Le pones una salsita de tomate, lo metes en un pan de pita o tartaleta de maíz y listo.
Las cenas, más lights. Una zanahoria, tomate… y pan con hummus. ¡Ñam!
Experimenté bastante y no pasé hambre, aunque quizá podría haber disfrutado más, si me hubiera dedicado a buscar más vegetales o más opciones.
Para mí, no se trataba de no comer animales porque me den lástima. Se trataba de pensar cada cosa que me metía en la boca y cómo lo hacía. También el cuando. Si no tenía a mano nada para quitarte el hambre, me tenía que esperar.
No es que solo sea importante para mi, sino que me siento mejor, por tanto es una necesidad, el poner la comida adecuada en el momento adecuado en mi estómago.
El resultado fueron solo 5 días de veganismo, pero muy gratificante. Un buen ejercicio.
El final, viernes por la noche me tientan con una cena en un italiano. Queso. Se acabó lo que se daba.
¡A comer!
Suerte que ha sido una semana. Rara.
Jose Quintano
El 27/02/2013, a las 14:37, picandpost escribió:
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estaba todo buenísimo!! 🙂