Me estoy leyendo un libro que es una pasada. Divided Kingdom, de Rupert Thomson.
Llevo varios días diciéndolo, pero lo pensé desde el día en que el libro me encontró a mi, posado en una estantería de una tranquila librería.
Trata de la división de un reino en 4 países o quarters, como les llama el autor. Más allá del paralelismo británico, por supuesto, más allá de nacionalismos. Es una división por temperamentos o humores.
La primera vez que oí eso de la división por humores fue en clase de filosofía, en primero de Bachillerato, donde la buena de la profesora, ayudada de su micro, nos explicaba, pacíficamente sobre los temperamentos (tal como una profesora introduce al protagonista del libro en un nuevo mundo. Y así me lo imaginé yo).
La segunda vez que lo oí, ya fue en la universidad y dentro del contexto de la Medicina, como Hipócrates dividía en 4 los humores o líquidos y explicaba con ellos el funcionamiento del cuerpo humano.
Estos cuatro humores son: bilis negra, bilis (amarilla), flema y sangre.
Resumiendo, y con una súper tabla de la Wikipedia, ahí va la Teoría de los cuatro humores.
Humor |
Estación |
Elemento |
Órgano |
Cualidades |
Adjetivación antigua |
Adjetivación moderna |
Características antiguas |
templado y húmedo |
sanguíneo |
artesano |
valiente, esperanzado, amoroso |
||||
templado y seco |
colérico |
idealista |
mal temperamento, fácil de enojar |
||||
frío y seco |
melancólico |
guardián |
abatido, somnoliento, depresivo |
||||
frío y húmedo |
flemático |
racional |
calmado, indiferente |
No sé porqué, pero creo que la adjetivación moderna es errónea, pero vamos, la idea se va viendo.
Ayer, en un trayecto de metro, leí el siguiente parágrafo, que me encantó.
“… the divided kingdom was self-perpetuating, and that the need for transfer and relocation (gente de diferentes temperamentos) would eventually die away. Each of the four quarters had already developed its own unique character and identity. In other words, although the idea of four types of people was fundamentally simplistic, there was a certain amount of self-fulfilling prophecy involved. Place someone in an environment for long enough and he starts to take on the attributes of that environment.”
Pues eso, me encantó. Y resultó que al llegar a buen puerto, después de este viaje, mantuve una discusión en la que ese mismo parágrafo venía como anillo al dedo.
¿Por qué existen los países? ¿Qué necesidad de fronteras? ¿Quién son amigos, interesados, poderosos…? ¿Por qué hay gente/ciudadanos/países más privilegiados que otros? Todo eso en el contexto de la discusión de la inmigración, visados, oportunidades.
Al final, no hay respuesta válida. Es algo que es así y tiene que serlo. Como me decía mi madre, nacer y morir es un accidente. Allí donde llegaste, te quedaste. O no.
Desde el principio de los tiempos, se han establecido comunidades de seres vivos a lo largo de esta grande Tierra. Los seres humanos no nos hemos quedado atrás. Conociendo nuevas territorios, abonándolos para un mejor futuro o andando millas y millas para buscar otro mejor. Conquistando y usurpando también se han fundado algunos de los imperios más grandes. En grupo, comunidades, identidad compartida o imponiéndola.
Ya eso de ser abiertos o más bien cerrados, mezclados o no, depende del carácter de cada uno o del poder que se anhele. Pero en fin, eso da para meditación de año entero o más.
Quedarse en que no se le puede hacer nada, no es alentador además de poco realista.
Hay algo que se puede hacer. “En lo puro no hay futuro. La pureza está en la mezcla”, como dice la canción de Jarabe de Palo.
Pero aparte de la unión conyugal, uno también puede mezclarse ‘de-mente-mente’.
Mente abierta, corazón ensanchado. Parece una locura. Londres parece Babel. Pero no es solo una lengua, no es solo un país.
En el fondo todos somos lo mismo, aunque cada uno con su temperamento, eso sí. 😉
¡GRACIAS!