No es que sea nuevo este pensamiento mío. He pensado esto muchas veces cuando lo he visto otras muchas tantas. Más que nada, en la práctica. Y es que los médicos y, en realidad, todo el personal sanitario, tienden a ser personas ansiosas. Para ser estrictamente fiel a la realidad, tendría que decir que es ansioso todo el personal novel, que empieza en las respectivas profesiones.
En todas hay una fase de aprendizaje donde la gente senior y con más rodaje, tiene un papel clave.
Leí hace un tiempo el libro de mi hermano José, máster del diálogo, Preparados, listos, … ¡ESO! cómo un maestrillo adquiere su librillo con tiempo y en ese periodo aprende de otros profesores, alumnos y cagadas, las suyas propias. Disculpen mi ordinariez, pero así es.
También un licenciado en Derecho o en Administración y Dirección de Empresas o cualquier otro título que se os venga a la cabeza, necesitan aprender cómo poner en práctica sus conocimientos de la mejor manera, a poder ser, guiados por alguien más experto.
Pero hay algo especial en el mundo médico, y aquí entran médicos, enfermeras, comadronas, auxiliares, camilleros, técnicos de laboratorio… Cuando topas con un profesional con experiencia que te quiere enseñar, es la gloria. Aún en situaciones de máxima emergencia, donde corre riesgo el paciente y tu mismo, ellos entran en acción, explicándote lo que hacen, sin prisa pero sin pausa, te calman los nervios si es necesario y encima te hacen sentir como pieza fundamental del equipo. ¡OLE ellos!
No escatiman, están ahí, trabajan con los medicuchos y enfermeruchos que entran al ruedo. Conocen su situación y están dispuestos a ayudar, algunos más proactivamente que otros, porque ellos también fueron ayudados en su momento.
Sin embargo, siguen esas caras de tensión, ansiedad e incertidumbre. Gente que no duerme o come bien… Hay que aprender a lidiar con eso, pues parece ser que se cura con experiencia, la de otros y la propia. Y todo eso se convierte en algo muy valioso que será útil para los que vendrán. Pero también hay que aprender a conocerse y detectar nuestros problemas y buscar apoyo si lo necesitamos.
Aquí, en catalán, algunas cuestiones a plantearse al empezar la residencia médica. Este material ha sido producido por la Fundació Galatea, creada en beneficio de la salud de los médicos y de otros profesionales de la salud. Vale la pena leerlo.
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