como una gaita

Yo no me quejo, pero lo voy a dejar escrito, por si acaso. Últimamente voy de lista en lista y tic porque está hecho y alarma porque esto ya no puede ser. No paran de salir cosas, una detrás de otra.

Y es que algún día, en algún lugar que no recuerdo, o en varios, decidí que iba a vivir la vida intensamente, a tope de power, a full, on fire. Que el orden no altera el producto, niña, y que la soledad, el tú con el tú, o sea, mi yo con el yo, me hace fuerte. Y el yo con ellos, me hace mejor.

rainbow

Y así estoy, con el corazón como una gaita. (Qué bueno era Hevia, por favor… )
Inspira profundo, me hincho. Qué sonido más vibraaaaaanteee… Me ahoogooo…. INSPIRA, tonta. Lo que viene a ser una gaita, vamos. Sonidos intensos, llena y menos llena, hasta rebosar otra vez.

Parece que siempre he sido de viento, de arriba, no de abajo, aunque alguno cae… Sonaba la flauta, sí, pero era yo quien la tocaba.

La suerte es, sin duda, necesaria. No te voy a contar cuantos infortunios han venido a buscarme últimamente. Tantos, que me he propuesto que, en algún momento de mi vida, voy a estudiar derecho. No sé qué relación le ve mi mente, pero me imagino de Hermione Granger y su varita, dándole a diestro y sinestro.

Pero el caso es que la suerte o infortunio, es solo una parte del todo, que no sé bien bien qué es, aunque intuyo.

Hay gente que lo lleva puesto, el todo. Gente que inspira, que llena de una sensación de paz. Hay gente buena, muy buena y además, no se cansa de serlo, incluso se propone serlo cada día más, tanto que uno dice, bueno, ya, chica, dame a mi un poquito de tu buenura.

Y hay gente que es tóxica, podrida por dentro. Luego vienen los malos. Esos ya son otro nivel. Hay gente mala. Sí, Señor, los creaste. Hay malicia congénita. La que da miedo.

Y yo sigo en el eterno debate-bucle de moral-psique-fisiología-molécula-moral-psique… No sé si me explico. ¿Puede ser congénita la maldad? ¿Biológica? ¿Fisiológica? ¿Puede ser molecular? (¿Qué nombre escojes?) Yo definitivamente creo que sí. Muy gráfico es el “no estar bien de la cabeza”.

Ya lo decía Punset, el alma está en el cerebro. Y los desalmados, lo tienen mal. Pero lo que es de psiquiatra, para el psiquiatra. Que yo me quedo con el resto.

Aunque, en fin… Como una apreciada mentora me dijo una vez: “Uno va por la vida pensando que es una persona normal, lleva una vida normal, hasta apela al sentido común… Y si tiene los ojos mínimamente abiertos, se da cuenta que de común y normal, rien de rien. Pero es que además de verdad.” AMEN.

¿Cómo puedo yo decir que mi vida es normal si a 12.345 km de mí hay alguien que respira haciéndolo todo diferente? Ei, y me voy a la acera de enfrente y me pasa lo mismo.

No hay norma, hay excepciones, hay patrones. Por eso es difícil aceptar como única verdad un dogma. Porque hay muchos. Pfff… ¿Relativo? Ya que lo mencionas, el 1 se relaciona con el 2 y el 3. Un teorema lleva relaciones intrínsecas. Todo tiene relación con todo, ergo relativo, Einstein. Así que tu verdad, también.

Esa es la belleza del universo. Todo es relativo, todo puede ser, pero ahora y aquí, esto está pasando, me parece normal, bueno. Lo escojo. No me ahogo en opciones. Tomar decisiones me libera. Las mías, las mías. Los demás tienen… Exacto, las suyas.

La pluralidad es un concepto viejuno, al igual que singularidad. Los celebro con intensidad, que es amor. Me hincho y desinflo al son de la música. Lo decidí. En algún lugar, algún día.

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