Y sigo con posts de agradecimiento a esta situación extraordinaria que ha traído COVID-19. Hoy, a nivel más personal, si cabe.
Aunque yo no he perdido mi trabajo, ni me falta el dinero ni la comida, ni el techo sobre mi cabeza ni la salud o la de los míos. A pesar de sentirme lo privilegiada que me siento, este caos que ha traído el COVID-19 no ha dejado exento a nadie de un huracán de sensaciones extrañas. ¿O a ti sí?
Tengo que dar las gracias porque se han derrumbado algunos muros. O se han quitado escudos. O se han desmaquillado algunas farsas, poses o personajes.
El de los humos subidos, la sabelotodo, el pesado de turno, el prepotente, la tocapelotas, el espabilao, el vaguete, el borde insufrible, la histérica, el controlador, la del silencio sepulcral, el que calla pero otorga, el pasado de vueltas… Todos podemos ser ellos. Y puedo decir que a casi todos se nos ha caído el escudo en algún momento. Y eso está bien.
Desprotegidos, desnudos, ante los demás y/o ante nosotros mismos. Se reía alguno de la estabilidad emocional…
Oye, si COVID-19 ha propiciado que se te desmonten todos los esquemas y conozcas quien eres por primera vez, hala pues, bienvenido sea.
O no conocerte por primera vez, pero si ha venido y te ha recolocado en el camino del que te habías desviado, pues bienvenido sea.
Si te ha dado clarividencia o dejado claras tus prioridades, tus fallos o fortalezas, tus motivaciones o tus miedos más profundos. Oye, bienvenido seas COVID-19.
O si simplemente te ha recordado que no eres inmortal ni invencible, pequeño ser humano, que a ti también te puede pasar, que no tienes todas las respuestas.
Había tanto ruido en el mundo que no nos podíamos oir. Y algo invisible nos ha arrebatado la seguridad de golpe.
Pero siempre ha habido muchas otras cosas invisibles que nos la pueden devolver y elevarnos.
No tenemos miedo, simplemente aceptamos lo que somos.
¡Mucho ánimos a todos!
Se reía uno de la estabilidad emocional… Jejeje.
Ya sé que no…😉